Silla salvaescaleras curva Castellon Helenia bajando

Silla salvaescaleras curva en Castellón

Ana, propietaria de una ortopedia colaboradora de Simotec Elevación desde hace años, contactó con nosotros para darnos el aviso de una clienta interesada en la instalación de una silla salvaescaleras en Castellón.

En principio se trataba de un sistema salvaescaleras para salvar las dos alturas de un adosado, con bohardilla, en el que vivían Carmen y Antonio. Carmen tenía problemas de rodilla y el médico le había aconsejado que no subiera ni bajara escaleras. Ella no era usuaria de silla de ruedas, pero se veía igualmente limitada para poder acceder al piso superior de su vivienda.

Los clientes habían consultado internet para ver el funcionamiento de las sillas elevadoras y estaban convencidos de que era una muy buena solución para que Carmen pudiera seguir disfrutando de toda su vivienda. Por eso se dirigieron a su ortopedia de confianza, para que les recomendaran una empresa que fuera especialista en máquinas sube-escaleras.

Les llamamos en cuanto supimos del interés de Carmen, para acordar un día de visita comercial, en la que poder ver las características de la escalera y hablar con los clientes para conocer sus preferencias concretas. Nos comentaron que para ellos era muy importante que la instalación se hiciera sin distorsionar la estética de su casa y que la silla salvaescaleras quedara lo más discreta posible.

Nuestro responsable comercial le ofreció el salvaescaleras modelo Helenia, una silla curva mono-raíl, con el raíl de menor diámetro del mercado, con el que los clientes tenían la posibilidad de elegir el color del raíl y del tapizado, para ajustarse al máximo a las características estéticas de su escalera.

En respuesta a lo que Antonio y Carmen habían solicitado desde el principio, la instalación debía ajustarse perfectamente a la configuración de la escalera y no entorpecer en absoluto el paso, ni en la zona de parking superior, ni al inicio del recorrido. Esto suponía incluir una curva de 180º en el tramo inicial de la escalera, que dejara el salvaescaleras aparcado dentro de un pequeño pasillo inferior, y una de 90º al final, con alargamiento en el rellano superior, para que la silla elevadora quedara algo separada y no impidiera el uso de la escalera cómodamente.

Conforme recibieron la información en detalle y revisaron el presupuesto que nuestro comercial les preparó in situ el mismo día de la visita, confirmaron la compra de la silla salvaescaleras Helenia, con tapizado color avellana y raíl en marrón para poner el pedido en marcha cuanto antes.

Al tratarse de un salvaescaleras curvo, tuvimos que tomar las debidas mediciones para preparar el plano que permitiría la fabricación a medida, para que la instalación quedara perfectamente ajustada a la escalera.

En cuanto la silla salvaescaleras estuvo lista, con el raíl a medida, acordamos el día de montaje, en el que nuestros técnicos empezarían y terminarían con la instalación. Todo fue según lo previsto y desde ese día Carmen disfruta de una solución de accesibilidad que según sus propias palabras, le ha facilitado enormemente el día a día, ha ganado en calidad de vida y le ha permitido continuar viviendo en su hogar, sin que las escaleras supongan ningún obstáculo para desplazarse por su casa de forma autónoma.

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