Elevador Neptuno en el hotel HoGrafic de Valencia
José María, co-propietario del hotel HoGrafic de Valencia, contactó con nosotros al ver un publi-reportaje de Simotec publicado en el periódico. Lo que nos comentó es que al tratarse de un edificio de pública concurrencia debía adecuar su hotel para dar acceso a personas con movilidad reducida. El proyecto incluía una reforma integral, donde entre otros trabajos, había que considerar la instalación de un elevador sube-escaleras que permitiera salvar los 6 escalones de la entrada al hotel. Necesitaba que el salvaescaleras quedara integrado y en armonía con la cuidada estética de todo el hotel y en eso Simotec tenía una dilatada experiencia.
En la visita comercial comprobamos que la altura a superar eran 90 cm y que la anchura de la escalera de la entrada era suficiente para la instalación de un elevador, dejando un paso libre cómodo para el resto de usuarios, cumpliendo la normativa vigente. En principio nuestro modelo de elevador salvaescaleras Neptuno, con cabina de media altura y medidas estándar de 1100 x 1300 mm se ajustaba muy bien al espacio donde debía instalarse. Teniendo en cuenta que el sistema de elevación debería dar servicio a un máximo de una persona y su equipaje en cada recorrido, consideramos que su capacidad de carga, de hasta 300 kg, se adaptaba de forma óptima al uso que debían darle. Nuestro elevador Neptuno tenía la principal ventaja de utilizarse de forma muy intuitiva, como si fuera un ascensor, por lo que nos pareció la mejor opción para instalar en el acceso al edificio, donde los clientes no iban a tener necesariamente a personal del hotel para responder a cualquier duda sobre su utilización.
El arquitecto que llevaba el proyecto de reforma nos indicó sin embargo, la necesidad de tener una peana de mayor tamaño para comodidad de los clientes. Este requisito era a priori imposible de cumplir porque la anchura de la escalera no era suficiente. La alternativa que encontramos para darle solución, fue instalar una peana útil de 1100 x 1400 mm y empotrar el mástil de sujeción al muro, con lo que el paso para el resto de usuarios de la escalera no se vería afectado y seguiría siendo el adecuado. El arquitecto quedó convencido con este nuevo planteamiento y así se lo hizo saber a los propietarios.
Una vez presentamos la oferta, Jose María y su socio que ya habían recibido otro presupuesto de la competencia, con precio superior y una solución menos convincente para ellos, nos dieron su conforme y pusimos el pedido en marcha para cumplir los plazos que la obra exigía. Era muy importante coordinar todos los trabajos para que el proyecto fuera un éxito.
La instalación tuvo un primer día de pre-montaje y cableado para dejar que los obreros terminaran de adecuar el hueco donde después iría la plataforma. En la entrega de máquina, José María se mostró realmente contento con el resultado y nosotros le agradecimos su confianza por habernos dado la oportunidad de colaborar en un proyecto tan gratificante.